Pasta a la boscaiola: receta cremosa italiana con setas, guisantes y salchicha
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Pasta a la boscaiola: receta cremosa italiana con setas, guisantes y salchicha

Entre las pastas cremosas que reconfortan de verdad, esta combinación de pasta corta, setas, guisantes y salchicha se lleva la palma. Es una pasta a la boscaiola en versión blanca, sin tomate, donde el sabor del bosque se mezcla con la dulzura de la cebolla y los guisantes y con el punto goloso de la nata. Un plato de cocina italiana casera que te transporta directo a una trattoria, pero sin complicaciones y con ingredientes fáciles de encontrar.

En Italia, el nombre “boscaiola” suele asociarse a salsas con setas, a veces con tomate, a veces en blanco, casi siempre con algún embutido como la salchicha y, en muchas casas, con guisantes. En mi versión, la que ves en la foto y en el vídeo, te enseño a preparar una pasta a la boscaiola cremosa donde cada ingrediente se cocina por separado para respetar sus tiempos y que al final todo se junte en una salsa sedosa, con sabor intenso pero nada pesada.

La clave está en tres detalles: dorar bien las setas sin que hiervan en su propia agua, marcar la salchicha en trozos grandes para que se note al masticar y usar la pasta casi como si fuese un risotto, terminando la cocción en la sartén con el condimento. Y sí, hay nata, pero en la cantidad justa: la crema la hacen sobre todo el almidón de la pasta, el queso y el agua de cocción.


Mira el video con todos los pasos

Aquí debajo puedes ver el video con todos los pasos para preparar pasta a la boscaiola en blanco de la forma más fácil.
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Pasta a la boscaiola: receta cremosa italiana con setas, guisantes y salchicha ~ Primeros Recetas  ~ La ragazza col mattarello

Ingredientes principales de la pasta a la boscaiola

Para 2 personas

Tiempo de preparación: 10 min
Tiempo de cocción: 25 min
🔥 Calorías aproximadas: 780 kcal por porción

  • 160 g de pasta corta (preferiblemente penne rigate o otra pasta rayada)
  • 100 g de salchicha de cerdo (salchicha fresca italiana, sin piel)
  • 1/2 cebolla picada
  • 100 g de guisantes (mejor si son pequeños, congelados)
  • 200 g de setas (portobello, mezcla de supermercado, boletus o las que prefieras)
  • 1/2 vaso de vino blanco seco
  • 60 g de nata para cocinar
  • 2 cucharadas de mantequilla
  • Parmigiano Reggiano o Grana Padano rallado al gusto
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal
  • Pimienta negra recién molida
  • Perejil fresco picado

Recuerda:

Al final del artículo encontrarás la ficha completa de la receta con tiempos de cocción y preparación detallados.

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Cómo preparar la pasta a la boscaiola en blanco

Dora primero las setas sin que hiervan

Empieza por las setas. En una sartén amplia, añade una cucharada de aceite de oliva virgen extra y una cucharada de mantequilla. Cuando la grasa esté caliente, incorpora las setas cortadas en láminas o en trozos medianos. No añadas sal al principio, porque haría que suelten agua y en vez de dorarse acabarían cociéndose. Déjalas a fuego medio alto, moviendo lo justo, hasta que estén ligeramente doradas por los bordes pero sigan jugosas por dentro. Retira las setas a un plato y resérvalas.

Marca la salchicha y desglasa con vino blanco

En la misma sartén, sin limpiarla, añade un chorrito pequeño de aceite si hace falta. Desmenuza la salchicha con las manos, pero en trozos grandes, para que luego se noten bien al masticar. Deja que se dore a fuego medio alto hasta que coja color por fuera. Cuando esté bien marcada, incorpora el vino blanco seco y deja que se evapore el alcohol. Lo sabrás porque deja de oler a vino y empieza a oler simplemente rico. Retira también la salchicha y resérvala junto con las setas.

Prepara la base de cebolla y guisantes

Aprovecha todos los sabores que han quedado pegados en el fondo de la sartén. Añade la otra cucharada de mantequilla y un chorrito de aceite de oliva. Incorpora la cebolla picada con una pizca de sal y cocina a fuego suave. No queremos que se queme ni que se caramelice demasiado, solo que quede tierna y dulce. Cuando la cebolla esté transparente, añade los guisantes (directamente congelados si son de bolsa), otra pizca de sal y un chorrito de agua. Deja que se cocinen a fuego medio hasta que estén tiernos y la cebolla muy suave.

Une la salsa y añade la nata justa

Cuando los guisantes estén listos, devuelve a la sartén las setas y la salchicha. Mezcla bien para que todo se vuelva a calentar y se conozcan entre ellos. Añade un poco de pimienta negra y prueba de sal. Ahora viene el momento delicado: incorpora la nata para cocinar. No hace falta mucha cantidad; es solo para redondear la salsa y darle textura cremosa. Deja que dé un pequeño hervor a fuego bajo, controlando que no espese en exceso. Apaga el fuego y reserva la salsa mientras cueces la pasta.

Cuece la pasta y termina la cocción en la sartén

Pon una olla al fuego con menos agua de la que usarías normalmente para cocer pasta. Añade la sal (como referencia, unos 10 g por litro de agua) y, cuando hierva, incorpora la pasta corta. Cuece uno o dos minutos menos de lo indicado en el paquete. Mientras tanto, vuelve a encender el fuego bajo de la sartén con la salsa. Cuando la pasta esté muy al dente, pásala directamente a la sartén con una parte del agua de cocción. A partir de aquí, trabaja casi como si fuese un risotto: vas añadiendo agua de cocción poco a poco mientras remueves, hasta que la pasta esté en su punto y envuelta en una crema suave.

Manteca la pasta a la boscaiola con queso y perejil

Cuando la pasta esté lista, apaga el fuego. Añade un buen puñado de Parmigiano o Grana Padano rallado y un poco de perejil fresco picado. Remueve enérgicamente para que el queso se funda con la nata y el almidón de la pasta, formando una salsa sedosa que abrace cada penne. Ajusta de sal y pimienta negra al final. Sirve enseguida, con más queso rallado por encima si te apetece.

Sirve y disfruta tu pasta a la boscaiola cremosa

Lleva la pasta a la mesa bien caliente, con los trozos de salchicha a la vista, los guisantes bien verdes y las láminas de seta luciéndose en el plato. Termina con un poco más de perejil y un toque de pimienta negra molida al momento. Es un plato perfecto para una cena reconfortante, para sorprender a alguien especial o simplemente para darte un capricho de pasta a la boscaiola de verdad, como en Italia pero sin complicarse la vida.

 


Trucos y consejos para una pasta a la boscaiola perfecta

No cuezas las setas, dóralas

El truco para que las setas sepan “a bosque” y no a agua es sencillo: sartén caliente, grasa suficiente y sal solo al final. Si las salamos desde el principio sueltan líquido y se cuecen. Dorándolas primero, concentras el sabor y consigues esa textura carnosa que se nota en cada bocado.

Salchicha en trozos grandes, no desmigada

En esta pasta a la boscaiola prefiero dejar la salchicha en bocados grandes. Es más rústica, más casera y equilibra muy bien con el tamaño de la pasta. Cada vez que pinchas el tenedor, te llevas un poco de todo: pasta, seta, guisantes y un pedazo de salchicha bien jugoso.

No abuses de la nata, deja trabajar al agua de cocción

La nata ayuda, pero no tiene que ser la protagonista. Si añades demasiada, la salsa se vuelve pesada y pierde matices. Con poca nata, algo de agua de cocción rica en almidón y el queso rallado al final, consigues una crema ligera, brillante y con sabor a todos los ingredientes, no solo a lácteo.

Elige una buena pasta corta rayada

Lo ideal es utilizar pasta corta rayada como penne rigate, fusilli o casarecce. Las estrías y la forma ayudan a atrapar la salsa cremosa y los tropezones de setas y salchicha. Con pasta lisa, parte del trabajo se pierde.

Ajusta la receta a lo que tengas en casa

Puedes cambiar el tipo de setas según temporada, usar guisantes frescos cuando los encuentres o añadir un toque de guisante más o menos según te guste la combinación. Si no tienes salchicha italiana, puedes usar salchicha fresca de buena calidad, ajustando la sal. Lo importante es respetar el orden de cocción y la técnica de la salsa.


Preguntas Frecuentes

¿Qué tipo de pasta es mejor para la pasta a la boscaiola?

Las pastas cortas rayadas como penne rigate, fusilli o casarecce son ideales, porque atrapan bien la salsa cremosa y los trocitos de setas, guisantes y salchicha.

¿Puedo hacer la pasta a la boscaiola sin nata?

Sí. Puedes omitir la nata y usar un poco más de agua de cocción y queso rallado para crear una salsa cremosa más ligera. El resultado será menos denso pero igual de sabroso.

¿Se pueden usar setas congeladas o de bote?

Puedes usar setas congeladas, procurando descongelarlas y secarlas bien antes de dorarlas. Las setas de bote ya cocidas no se doran igual, pero pueden servir si las escurres muy bien.

¿Puedo preparar la salsa de pasta a la boscaiola con antelación?

La salsa se puede preparar unas horas antes y guardar en la nevera. Antes de servir, caliéntala suavemente y termina de cocer la pasta directamente en la sartén con un poco de agua de cocción.

¿Es posible hacer una versión sin salchicha?

Sí. Puedes omitir la salchicha y añadir más setas o unas nueces tostadas al final para aportar textura. El plato seguirá siendo una pasta cremosa con sabor a bosque, perfecta para quienes no comen carne.


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¡Disfruta de tu pasta a la boscaiola cremosa!

Esta pasta a la boscaiola es la prueba de que, con buenos ingredientes y un poco de cariño, se puede convertir una comida sencilla en algo especial. Si te animas a prepararla, cuéntame en los comentarios cómo te ha salido y si has hecho tu propia versión.

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La ficha

Pasta a la boscaiola en blanco

Pasta a la boscaiola: receta cremosa italiana con setas, guisantes y salchicha ~ Primeros Recetas  ~ La ragazza col mattarello
Pasta a la boscaiola cremosa con setas, guisantes y salchicha. Receta italiana en blanco, fácil y llena de sabor casero.
Plato: Primer plato
Cocina: Italiana
Etiquetas: otoñal, tradicional
Tiempo de preparación 10 minutos
Tiempo de cocción 25 minutos
Tiempo total 35 minutos
Raciones :2
Calorías 780kcal
Autor :Mia Mattarello
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Ingredientes

  • 160 g pasta corta penne rigate u otra pasta rayada
  • 100 g salchicha de cerdo salchicha fresca, sin piel
  • 1/2 cebolla picada
  • 100 g guisantes congelados mejor pequeños
  • 200 g setas portobello, mezcla de supermercado, boletus o las que prefieras
  • 1/2 vaso vino blanco seco
  • 60 g nata para cocinar
  • 2 cucharadas mantequilla
  • 2 cucharadas aceite de oliva virgen extra
  • Parmigiano Reggiano o Grana Padano rallado al gusto
  • Sal
  • Pimienta negra recién molida
  • Perejil fresco picado

Instrucciones

  • Dorar las setas en una sartén amplia con una cucharada de aceite de oliva virgen extra y una de mantequilla, sin añadir sal al principio, hasta que estén doradas pero jugosas. Reservar.
  • En la misma sartén, marcar la salchicha en trozos grandes hasta que se dore bien por fuera. Desglasar con el vino blanco y dejar evaporar el alcohol. Reservar junto a las setas.
  • Añadir a la sartén la otra cucharada de mantequilla y, si hace falta, un poco de aceite. Incorporar la cebolla picada con una pizca de sal y cocinar a fuego suave hasta que quede tierna y transparente.
  • Agregar los guisantes congelados, una pizca más de sal y un chorrito de agua. Cocinar a fuego medio hasta que los guisantes estén tiernos y la cebolla muy suave.
  • Devolver a la sartén las setas y la salchicha. Mezclar bien, añadir pimienta negra al gusto y comprobar el punto de sal. Incorporar la nata para cocinar y dejar que dé un pequeño hervor a fuego bajo. Apagar y reservar.
  • Cocer la pasta en una olla con menos agua de lo habitual y bien salada, dejándola uno o dos minutos antes del punto al dente indicado en el paquete. Reservar parte del agua de cocción.
  • Pasar la pasta muy al dente a la sartén con la salsa. Terminar la cocción a fuego medio, añadiendo poco a poco agua de cocción y removiendo hasta que la pasta esté en su punto y envuelta en una salsa cremosa.
  • Apagar el fuego, añadir Parmigiano o Grana Padano rallado y perejil fresco picado. Mezclar enérgicamente para que el queso se funda y la salsa quede sedosa. Ajustar de sal y pimienta si es necesario.
  • Servir enseguida la pasta a la boscaiola en blanco, con más queso rallado, perejil fresco y un toque de pimienta negra por encima.

Vídeo

Notas

Puedes usar el tipo de setas que tengas a mano, mezclando variedades para darle más matices de sabor.
Si no encuentras salchicha italiana, utiliza una buena salchicha fresca y ajusta la sal de la receta.
No añadas demasiada nata; la cremosidad depende sobre todo del almidón de la pasta y del queso rallado.
La salsa puede prepararse con antelación y calentarse suavemente mientras se cuece la pasta, terminando siempre la cocción en la sartén.
Para una versión más ligera, reduce la cantidad de salchicha y de nata y añade más setas y guisantes.

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