¿Te apetece una receta de pasta con chirlas que sea sencilla y llena de matices? En esta propuesta combinamos tomatitos con un pesto de rúcula y pistachos para lograr un plato cremoso y sorprendentemente rápido de preparar. Además, usar chirlas resulta más económico que recurrir a mariscos más caros, como las almejas grandes. Aunque sean pequeñas, las chirlas ofrecen un sabor intenso que se realza todavía más junto a la frescura de la rúcula y el aroma de los pistachos.
Si te preguntas cómo distinguir las chirlas de las almejas, fíjate en su tamaño y en la forma de la concha. Las chirlas suelen ser más pequeñas, con conchas más finas y de un tono gris claro. En cambio, las almejas grandes tienen conchas algo más gruesas y veteadas.
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Ingredientes principales de la pasta con chirlas
Para 2 personas
Tiempo de preparación:
30 min (para purgar las chirlas)
Tiempo de cocción: 15 min (aprox.)
- 160 g pasta larga (linguine, spaghetti, etc)
- 400 g chirlas
- 10 tomatitos cherry
- 40 g rúcula
- 30 g pistachos pelados sin sal
- 1 diente ajo
- 40 ml de aceite de oliva virgen extra
- 50 ml vino blanco seco
- Rayadura de medio lima
- Cayena (opcional)
- Sal
Recuerda:
Al final del artículo encontrarás la ficha completa de la receta con tiempos de cocción y preparación detallados.
Cómo preparar la pasta con chirlas, tomatitos y pesto de rúcula
1. Deja las chirlas listas y ábrelas con mimo
Lo primero es sumergir las chirlas en agua con sal al menos media hora, para que suelten cualquier impureza. Después, pon en una sartén un chorrito de aceite de oliva, unos tallos de perejil y un ajo laminado. Sofríe todo unos segundos para que suelten aroma. Inmediatamente incorpora las chirlas y añade un poquito de vino blanco, tapa la sartén y deja que se abran a fuego medio. En el mismo momento que veas las conchas abiertas, retíralas para evitar que se endurezcan. Cuela el jugo resultante con cuidado para apartar posibles restos de arena o partículas.
2. Prepara el pesto de rúcula y pistachos
Mientras tanto, pon en el vaso de tu picadora o mortero la rúcula, los pistachos y un chorrito de aceite de oliva. Es mejor hacerlo en tandas cortas para no triturarlo en exceso. La idea es que queden pedacitos de pistacho y que la rúcula no se convierta en una crema totalmente fina. Así consigues un pesto con textura propia y, además, dejas la sal para ajustar al final, cuando pruebes la pasta junto con el resto de ingredientes.
3. Cuece la pasta y da un toque fresco a los tomatitos
Pon a hervir agua con sal moderada para la pasta, recordando que tanto las chirlas como los pistachos ya aportan bastante sabor. Elige pasta larga (spaghetti o linguini funcionan fenomenal con marisco), y cuécela hasta que quede al dente. En otra sartén, saltea rápidamente uno o dos ajos con aceite de oliva y añade los tomatitos partidos a la mitad, un pellizco de sal y, si te gusta el picante, un poco de cayena. Tan solo uno o dos minutos para que los tomates conserven su frescura y ese color vivo.
4. Une todo y remata con el pesto
Una vez la pasta esté al dente, escúrrela y pásala a la sartén donde tienes los tomatitos. Añade las chirlas con el jugo que colaste antes y, si ves que está demasiado seco, aprovecha para verter un pequeño chorrito de agua de cocción de la pasta. Mézclalo todo a fuego suave durante apenas 15 o 20 segundos, y apaga el fuego. En ese momento, incorpora el pesto de rúcula y pistachos y remueve con energía, pero sin sobrecalentarlo, para mantener todo su sabor y color. Para darle un toque final, ralla un poco de lima por encima y decora con unas hojas de rúcula fresca y un hilo de aceite.
Trucos y consejos para un resultado delicioso
Mide bien la sal
Recuerda que las chirlas y los pistachos aportan un sabor característico. Es preferible probar al final y, si hace falta, rectificar con una pizca más de sal, antes que pasarse desde el principio.
Atento al punto de cocción
Ni la pasta ni las chirlas deben cocinarse de más. La pasta, siempre al dente; las chirlas, en cuanto abran, se retiran. Así evitas que queden duras o gomosas.
Pesto con textura
No hace falta un triturado extremo: dejar trocitos de pistacho y hojitas de rúcula aporta un punto rústico y crujiente muy agradable. Además, mantendrás un sabor más vivo y fresco.
Preguntas Frecuentes
¿Puedo usar almejas en lugar de chirlas?
Sí, aunque suelen salir más caras, aportan un sabor más delicado y son menos laboriosas de limpiar.
¿Por qué pistachos y no piñones para el pesto?
Los piñones van geniales, pero suelen ser más caros. Los pistachos aportan un toque distintivo y son más asequibles.
¿Y si la pasta me queda seca al emplatar?
Basta con añadir unas cucharadas de agua de cocción y remover antes de servir, para recuperar la jugosidad.
¿Podría sustituir la rúcula por otra hoja verde?
Sí, la espinaca baby puede funcionar, aunque el sabor resultará menos intenso. También podrías usar canónigos.
¿Recomiendas añadir queso rallado?
No es lo habitual con marisco, pero si te encanta el queso y no te importa mezclar sabores, adelante. Lo importante es disfrutar.
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¡Disfruta de tu pasta con chirlas, tomatitos y pesto de rúcula!
¿Te apetece probar una forma distinta de cocinar pasta con toques marinos? Esta receta demuestra que, con ingredientes sencillos y un poco de ingenio, podemos crear un plato equilibrado, lleno de contraste y, sobre todo, delicioso. ¿Te animas a darle una oportunidad?
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¡Buen provecho!
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La ficha
Pasta con chirlas, tomatitos y pesto
Ingredientes
- 160 g pasta larga linguine, spaghetti, etc
- 400 g chirlas
- 10 tomatitos cherry
- 40 g rúcula
- 30 g pistachos pelados sin sal
- 1 diente ajo
- 40 ml de aceite de oliva virgen extra
- 50 ml vino blanco seco
- Ralladura de media lima
- Cayena opcional
- Sal
Elaboración paso a paso
- Purga las chirlas en agua con sal durante 30 minutos para eliminar arenilla.
- Sofríe un ajo laminado y unas ramitas de perejil en aceite. Añade las chirlas y un chorrito de vino blanco; tapa y deja que se abran a fuego medio. Retira al abrirse y cuela el jugo.
- Prepara el pesto triturando la rúcula y los pistachos con un poco de aceite, sin excederte para que conserve textura.
- Cuece la pasta en agua moderadamente salada hasta dejarla al dente.
- Dora otro ajo si quieres, y saltea brevemente los tomatitos con una pizca de cayena y sal.
- Escurre la pasta y pásala a la sartén con los tomatitos; añade las chirlas con su jugo colado. Si falta jugosidad, agrega un poco de agua de cocción.
- Retira del fuego, incorpora el pesto y mezcla rápido para que no se caliente en exceso.
- Sirve con ralladura de lima y un chorrito de aceite. Ajusta la sal si es necesario.
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