Mezclar la ricotta, 25 g de parmesano, un huevo y una pizca de sal y pimienta negra en un tazón.
Dorar un diente de ajo, en un par de cucharadas de aceite, en una sartén.
Cuando esté ligeramente dorado, retirar el diente de ajo de la sartén.
Agregar las espinacas a la sartén.
Si utiliza espinacas congeladas: Hervir las espinacas, colarlas bien y después seguir el mismo procedimiento indicado poara las espinacas frescas.
Cuando las espinacas estén cocidas/bien salteadas, dependiendo de si eran frescos o congelados, incorporarlas en el bol con la ricotta.
Mezclar bien la ricotta y las espinacas.
Cortar la mozarella a dados pequeños.
Untar una bandeja o recipiente que pueda ir al horno con un poco de aceite o mantequilla.
Esparcir un cucharón de bechamel por el fondo de la bandeja, repartir por encima un par de cucharadas de la mezcla de ricotta y espinacas y unos cuantos daditos de mozarella. Colocar dos láminas de lasaña encima de la mozarella, una al lado del otro, y repetir la operación, hasta hacer 3 capas de cada ingrediente.
Cubrir bien la lasagna con el parmesano rallado que ha sobrado.
Hornear a horno precalentado a 220 grados, durante 20 minutos.
Dejar reposar la lasagna fuera del horno por al menos 15 minutos, si desea que los cortes salgan bonitos. Si la lasagna está muy caliente, se desmontan un poco.