Poner ya a hervir el agua para la pasta, porque la salsa se hace en un abrir y cerrar de ojos.
Pochar la chalota cortada a cuadraditos muy pequeños con la mantequilla, a fuego lento, hasta que esté dorada.
Incorporar el salmón a la sartén y alzar la temperatura hasta fuego medio.
Cuando el salmón haya cambiado de color, añadir el cognac a la sartén y esperar a que se evapore el alcohol, dos minutos aprox.
Apagar el fuego, añadir una pizca de pimienta y la hierba de nuestra elección al salmón e incorporar la nata a la sartén. (Seguramente no será necesario salar la salsa, ya que el salmón ahumado lo habrá ya hecho por vosotros. De todas formas, probadla, no sea que lo necesite.
Incorporar la pasta a la sartén con la salsa, sin tirar el agua de cocción, ya que nos va a servir para añadir más o menos a la salsa.
Incorporar 2 cucharones de agua de cocción a la sartén con la salsa.
Volver a encender el fuego y saltear la pasta con la salsa un par de minutos, hasta que la crema empiece a espesar un poco. pero teniendo en cuenta que queremos una salsa suave, no sólo nata, por lo cual, si espesa demasiado corregiremos sólo con más agua de cocción.
Servir con un poco de pimienta negra molida y cebollino, aneto o perejil picado por encima de la pasta.