Lavar las almejas y tirar las rotas o abiertas que no se cierran al apretarlas.
Dejar las almejas en remojo en agua con sal unas 2 horas y media para que pierdan la arena que tengan en su interior (si están muy sucias, cambiar al menos dos veces el agua durante las 2 horas y media).
Poner ya el agua para la pasta a hervir, ya que el resto se prepara muy rápidamente.
Poner las almejas en una ollita o paella tapada.
Cuando la mitad empiezen a abrirse, sacar de la paella las abiertas y, el resto, a medida que se vayan abriendo, para que ninguna se cocine demasiado. Atención: Si alguna se resiste y no se abre, tiradla. No os paséis con la cocción. las almejas extra-cocidas son lo peor.
Dejar a parte las almejas y pasar el jugo que han dejado en la paella a través de un colador muy fino y una hoja de papel de cocina o gasa, por si hubiese quedado algo de arena.
Sofreír el ajo picado.
Cuando el ajo esté ligeramente dorado, añadir el caldo de las almejas y, si os apetece, el peperoncino.
Salar a gusto el agua para la pasta y, a la que arranque otra vez a hervir, incorporar la pasta.
Incorporar las almejas a la paella con su caldo, el ajo y el peperoncino, junto a un cucharón de agua de cocción de la pasta.
Saltearlas durante unos 20 segundos.
Espolvorear las almejas con perejil picado y retirarlas del fuego si la pasta todavía no está lista.
Incorporar la pasta y un cucharón y medio de su agua de cocción a la paella con las almejas.
Saltear la pasta medio minuto.
Espolvorear la pasta con un poco más de perejil picado.