No sólo de comida italiana vive la Ragazza, especialmente teniendo en cuenta que hoy por hoy paso más tiempo en Barcelona y alrededores, que en Roma. Dos días a la semana me toca pasar casi dos horas muertas en el centro antiguo de Barcelona, saliendo del trabajo hasta que comienza el curso de cocinera profesional chachi-piruli-finolis que frecuento. Normalmente busco un agujero donde resguardarme y comer y beber lo que se llama un capricho, porque aunque me gusta caminar, al final ya no se dónde ir y me da miedo que un día de estos los “mosus” me paren y me interroguen sospechando que, por bonita que sea Santa María del Mar, darle 50 vueltas seguidas esconde alguna extraña intención por mi parte. Como no soy demasiado de dulces, suele ser una tapa salada o algo similar. La Barceloneta me queda muy cerca de la Escuela y el otro día me dejé caer por allí, para variar, porque me apetecía un clásico del Barrio, una Bomba de la Barceloneta. Como estaba sola, mientras admiraba aquella lustrosa bola de patata con sorpresa, me hacía los comentarios para mí misma y de golpe pensé que me gustaría que alguien me dijera en cuál de los míticos locales de la zona cocinan las mejores bombas. Total, que como no he encontrado a nadie que lo haga demasiado mi gusto, lo haré yo para mí misma, aquí en el blog y para quien le pueda interesar.
Seguramente he elegido la bomba entre las 10.000 tapas que adoro, para intentar liberarme de algún trauma de estos Freudianos de toda la vida. Cierro los ojos y me imagino a algún familiar mío riñéndome más o menos así: “ya se ha tenido que pedir una porquería la niña! Una maldita bomba! Te quitará el hambre! Habiendo aquí pescado fresco y bueno… Es que no se te puede llevar a ningún sitio…, y encima, picante! Ya verás, que picor, cuando vayas al … “Bueno, esas cosas que sé que aunque dichas de manera un poco demasiado enérgica, salían de la buena voluntad. En serio, tengo como afecto especial por las bombas, porque soy muy fan de la cocina de toda la vida y, especialmente de los platos humildes a los que aún hoy en día la gente considera de segunda, hartapobres y que, tal y como soy yo, me deslumbran más si están bien hechos y creo que tienen la misma dignidad, que cualquier experimento galáctico de restaurante finolis. Aparte de que, ostras, es un invento muy completo! Juegan muchos elementos, si se quiere encontrar el equilibrio perfecto en una bomba! Puede dar tanta satisfacción el juego de contrastes de texturas y sabores de una pobre bombilla!
¿Qué es una bomba de la Barceloneta? La bomba o bombeta de la Barceloneta, simplificando, vendría a ser una croqueta grande y redonda de patata, rellena con carne picada y cubierta con alioli y salsa picante. Existen diversas variantes y, a pesar de todo el mundo coincide en que ha de picar, ya que una de las hipótesis del origen de su nombre es que la bautizaron así, porque un cliente, al comerla, exclamó que era una bomba, debido al picante, el hecho de que mucha gente sea poco amante de la cayena, ha hecho que algunos locales pongan a un lado la salsa o directamente sólo incluyan un puntito testimonial picante en la carne del interior, para no ofender el paladar de aquellos que van con un yogur en el bolsillo a modo de antídoto salva-papilas.
Mucha gente dice que la primera bomba de la Barceloneta salió de la mítica Cova Fumada. En este local, el cliente del que hablaba, bautizó el invento de manera genérica. Asimismo existían tres versiones con nombres súper políticamente incorrectos para designar las 3 variantes, dependiendo del grado de picante. No diré los nombres, precisamente para no ofender a nadie. Otros dicen que las bombas existían ya en otros puntos de la península, pero como yo me quiero centrar en Barcelona-Barceloneta, me interesa más saber quién fue el primero en este punto geográfico.
Dicho esto, haré una review super completa de todas las bombas que me zampe. Incluiré el precio de la bomba y un breve comentario sobre el local.
La primera es la Bomba de “La Peninsular” (Leer)